Pocas noches del año están tan asociadas a la hechicería, a las supersticiones y a los rituales como la que transcurre el 23 (y que da paso) al 24 de junio. Una fecha de gran potencial mágico en todo tipo de culturas.
En el cristianismo, se asocia al nacimiento de San Juan Bautista, que anunció la llega de Jesucristo a la Tierra. Pero que también tenía arraigo en la cultura celta y en la mitología griega.
Por ello, vamos a recopilar algunos conjuros para la Noche de San Juan. Así, tus deseos podrán desarrollarse con éxito gracias a esta noche tan especial, cercana al solsticio de junio.
Se debe decir que el fuego, en los rituales, ha estado presente desde tiempos remotos. El hombre ya lo temía y lo veneraba antes de poder controlarlo.
Entre los conjuros para la Noche de San Juan con fuego más habituales nos encontramos la quema de algún objeto y la representación de símbolos mágicos.
En muchas zonas de España, tanto costeras como de interior, se suelen hacer muñecos con ropas antiguas rellenas de serrín y pólvora que reciben diferentes nombres. Estos son júas, juanitos, tupirros y tantas otras determinaciones.
Estos muñecos, a veces caracterizados de personajes populares de actualidad, se queman en hogueras llegada las doce de la noche, y simbolizan el dejar atrás lo viejo.
Y es que las hogueras y las fogatas tienen mucho protagonismo en esta noche. A ellas podemos echar nuestros deseos escritos en un papel, o también nuestros miedos, y el nombre de esas personas que deseamos tener lo más lejos posible. También se puede arrojar a la pira objetos que nos traigan malos recuerdos.
Uno de los conjuros de la Noche de San Juan más extendidos es saltar sobre la hoguera. Buscando así tener buena suerte durante los próximos doce meses.
Depende de la zona, se puede saltar una única vez, o más. Por ejemplo, en España, en Galicia se suele saltar nueve veces, mientras que en el Levante español el número mágico sería el siete.
Si queremos hacer un conjuro con el fuego de la hoguera para atraer el amor, lo que podemos hacer es arrojar sobre las llamas una trenza hecha con flores o cintas de colores a la persona que amamos. Si esta la toma entre sus manos antes de que caiga a las brasas, habrá buena fortuna entre ambos.
¿Tienes problemas de fertilidad? Entonces podrías probar a saltar de espaldas nueve olas en el mar. Pues esta aumenta, y también permite eliminar energías negativas. Una vez más, la hora ideal para llevarlo a cabo es a partir de las doce de la noche.
Si no tienes ganas de bañarte, el simple gesto de mojarte los pies ya te aportará un don especial. Mientras el agua resbala por tus extremidades, puedes pedir tres deseos, que se cumplirán.
También se asocia un gran poder al rocío del alba de la madrugada del 23 al 24 de junio. Se dice que cura todos los males, y que frotarse los ojos con unas gotas de este rocío aleja el mal de ojo y protege contra las desgracias.
Como decimos, el agua de mar en la Noche de San Juan tiene propiedades muy beneficiosas. Y por ello, mucha gente se lleva una botella o cantimplora para recoger un poco de la misma, y la echan por las esquinas de la casa al día siguiente. Se supone que proporciona felicidad, ahuyenta a las malas vibraciones e incluso puede curar enfermedades.
Seguro que conoces lugares donde la noche del 23 de junio se celebre una verbena de San Juan. El nombre de esta velada no es baladí. Tiene un origen mágico, pues en la antigüedad, muchas mujeres casaderas recogían verbena para atraer el amor para sí.
También se asocia un poder mágico al recoger otras plantas medicinales como el espliego, el romero, el tomillo y el hipérico o hierba de San Juan. Dichas hierbas aromáticas se dejan en agua, y hay que lavarse la cara a la mañana siguiente para lograr que tenga propiedades terapéuticas y limpiadoras.
No todo el mundo tiene cerca de sí una playa para atraer las energías positivas de la Noche de San Juan. Pero también podemos llevarlos a cabo en casa.
No será necesario hacer una hoguera en el salón ni nada parecido. Podemos pintar sobre un cartón una estrella de seis puntas, y colocamos una vela sobre cada una de ellas.
Llegada las doce de la noche, procedemos a saltarla de Norte a Sur, de Este a Oeste, de Oeste a Este, y de Sur a Norte. Durante el salto, recitamos lo siguiente: “Que se active en mí la voluntad, el amor, la sabiduría y la abundancia”.
También podemos prender una vela en una ventana, y a medianoche quemamos un papel en el que pongamos todos aquellos aspectos negativos que queramos alejar de nosotros. O, por el contrario, escribimos nuestros deseos, con la esperanza de que se cumplan.