Las Sefirot (que significa emanaciones en hebrero) son los diez atributos que representan la manifestación de la esencia de dios según la Cábala, son las formas a través de las cuales el infinito se manifiesta, mostrándonos el microcosmos y el macrocosmos, si sabemos estudiar el significado de las sefirot. De aquí deriva tanto el reino físico como una serie de mundos superiores que no son accesibles a nuestra consciencia ordinaria, aunque con el trabajo adecuado podemos adquirir la sabiduría necesaria como para adentrarnos en esos reinos.
Podría decirse que es el diagrama, o la estructura, en el que se localizan los 10 sefirot. El Árbol de la Vida es un esquema de la organización cósmica, pero también es un esquema del cuerpo humano y de la formación mental y emotiva y espiritual de nuestra naturaleza. Va del macrocosmos al microcosmos.
Cada sefirá (singular de sefirot) está relacionado mediante lo que llamamos Senderos. Son caminos que establecen una relación entre distintos planos de manifestación. La importancia de las sefirot y los senderos radica en que si comprendemos su verdadero significado, comprenderemos la estructura de toda la realidad, en cualquier nivel.
Antes de proceder con la enumeración de los sefirot, es importante saber qué trabajo debemos realizar con ellas para lograr sus virtudes. Al ser conceptos abstractos, para invocar su poder, debemos usar nuestra imaginación activa. Esto consiste en cerrar los ojos para dejar volar la visión interior acerca de aquello en lo que enfoquemos nuestra atención. El poder de nuestro inconsciente se expresa cuando dejamos reposar la cabeza y dejamos que las imágenes que se formen en nuestra mente, se desarrollen sin que intermediemos.
A cada sefirá le corresponden unas virtudes que podemos invocar en nuestra vida si pensamos en las imágenes asociadas a ellas, son los arquetipos. Estos representan tanto las sefirot en si mismas como los senderos que forman entre ellas para así lograr que los poderes de esas emanaciones impregnen a nuestra conciencia y con ello, podamos transformar nuestra realidad.
La tradición de las 10 sefirot proviene del libro de la cábala Séfer Yetzirá. En él se describe todo lo que sabemos de las sefirot, tanto su posición como sus atributos y arquetipo que nos ayuda a invocar su poder.
En lo más alto del árbol de la vida, en el mismo centro y coronándolo, se encuentra la sefirá Kether (“corona”, en español). Es el origen de todas las otras sefirot y es la responsable de la explosión de la creación. Se relaciona con la voluntad divina.
Representa al universo, a la naturaleza de la divinidad, la comprensión de todos los arquetipos y también nos ayuda a encontrar el misticismo que se esconde en los acontecimientos de la vida diaria. En el hombre nos habla de su espíritu y de su conciencia en estado de elevación. Le corresponde el color blanco. Esta esfera es incognoscible y por tanto, difícil de visualizar en una meditación.
Jojmá, que significa “sabiduría”, es la segunda sefirá, situada en lo alto de la columna derecha. Es el estallido de ideas, las posibilidades ilimitadas del pensamiento y de esto emana toda actividad artística. Se asocia con el lado derecho del cerebro, relacionado con la intuición y la creatividad. Su color es el gris. Visualizar a Jojmá nos aporta capacidad imaginativa y fantástica, espacial y perceptiva. Su arquetipo es la figura de un hombre viejo y sabio que trae los conocimientos al mundo.
Biná, el “Entendimiento” acota y restringe los pensamientos del hombre pero los vuelve accesibles a la consciencia y por tanto, es posible para nosotros operar con ellos. Se sitúa en lo alto de la columna izquierda, opuesta en el otro punto a Jojmá. Si este era el lado derecho, Biná representa al lado izquierdo del cerebro, ya que es el centro que se encarga del pensamiento racional. Se asocia al elemento agua y por tanto a la feminidad. Representa el futuro y le corresponde el color negro. Por su gran entendimiento de las circunstancias, esto inevitablemente trae cierta tristeza. Para albergar una mejor comprensión de la realidad, visualizaremos a Biná en nuestra mente como una mujer madura y en silencio.
La sefira de la Misericordia o de la bondad, según sea traducida, se conoce tanto por los nombres de Jesed como de Geduláh (grandeza). De los sefirot del árbol de la vida, es la encargada de irradiar el altruismo y la generosidad desinteresada. Hay cierta renuncia y sacrificio que se puede comparar con piscis o con la carta del tarot del colgado. También hace referencia a lo que es justo en el mundo, a cumplir con la palabra acordada, lo cual es de suma importancia para el crecimiento espiritual. Visualizar esta emanación nos llena de gran bondad y de amor por todas las cosas. Su abnegación recuerda a la figura del tarot del colgado.
La quinta de las sefirot es Geburá o Gevuráh, “Heroismo” o también se le conoce por el nombre de Din, “Derecho”. Está por debajo de Binah, al lado de Chesed y encima de Hod. Esta emanación es conocida como la fuerza, el juicio y el poder. Su color es el rojo y está asociado al planeta marte y es esa energía necesaria para llevar a cabo todos nuestros proyectos. Es nuestro lado de lucha más guerrero. Debemos visualizarla invocando la imagen de un guerrero al que admiremos.
Tiferet es la sefirat de la belleza y la gloria. Se sitúa entre la compasión y la severidad (las sefirot de la compasión y la severidad, respectivamente) Estas dos fuerzas no pueden existir la una sin la otra, ya que son necesarias para que se manifieste el flujo de la energía divina. Es la única de las sefirot que se conecta en mitad del árbol de la vida con todas las demás, menos con Maljut, en el tronco. Esto nos da una idea de la importancia que tiene conocer a la belleza en nuestra vida para llevar una existencia realizada. La vida es bella porque dios es bello, en su infinita compasión. Tiferet tiene atributos similares a los de La Sacerdotisa, cuyo rasgo principal es la intuición, es decir: la recepción directa del conocimiento sin intervención de la mente Su color en el blanco.
Netsaj significa “Victoria” y es la séptima sefirá del árbol de la vida. Está situada debajo de Chesed y está emparejada con Hod. Netsaj es la esfera de Venus. Este planeta representa muy bien los atributos positivos de la sefirá: la belleza triunfante, el poder del deseo, el impulso instintivo y eterno, la inspiración artística, todo aquello en fin que hace que la vida merezca la pena de ser vivida. Nétsaj representa la polaridad activa o la fuerza, frente a la polaridad pasiva, o la forma de la matriz mental de la sefirá Hod. Es la esfera del sentimiento frente al pensamiento y su color es el verde. Pensamos en esta sefirá visualizando a una bella mujer irradiando toda su bondad.
Hod, que se traduce como “Majestad” o “Esplendor”, constituye la octava de las sefirot. Se encuentra justo opuesta a Netzaj en su posición en el árbol de la vida. Mientras que Netzaj es emocional, Hod se erige como el aspecto mental. Es la mente concreta, la que permite dar forma a nuestros proyectos y nos ayuda a superar las fases emocionales y los impulsos más instintivos. Le corresponde el color naranja y cuando está activa en nuestra vida, aporta veracidad a nuestras palabras.
La novena de las sefirot es Yesod, “Fundación”, y está localizada debajo de Hod y Netsaj, justo sobre Maljut. Se la asocia con la luna, porque se dice que refleja la luz de las otras sefirot. Le corresponde el arcángel Gabriel, el color violeta representa a Yesod.
Yesod es el fundamento de la personalidad. Construida a partir de la infancia, incluye factores temperamentales, familiares, sociales y culturales. Es la parte de nosotros mismos con la que nos identificamos, a costa de dejar fuera otras partes que no reconocemos, y que, permaneciendo inconscientes. Rectificar la fuerza de Yesod esvisualizar en nuestra mente un rostro hermoso.
Malkut es la décima de las esferas. Es el atributo divino más bajo en el orden descendente de ellos, según la estructura del Árbol de la Vida. Se dice que es la receptora de todos los atributos que están encima de ella. Su característica principal es que configura la materia que podemos analizar con nuestros cinco sentidos. Es el mundo de la acción, representando al plano físico como tal. El color asociado es el rojo sangre y corresponde al elemento alquímico Tierra. Otorga discernimiento cuando se visualiza a través de la imagen de una mujer joven coronada.